servicios migratorios
La historia de la selva amazónica nos relata que desde un principio se sedimentaron diferentes organismo de control en el territorio fronterizo; primero por que surgió el fenómeno de interacción espontánea entre los países fronterizos ya que la realidad cotidiana de los habitantes era de una manera espontanea.
En sus comienzos se crearon medios de acceso a la reconstrucción de movimientos migratorios y a la constitución de los asentamientos y resguardos de las diferentes tribus de la región, un claro ejemplo fue el de los ticunas (tradicionalmente asentados en tierra firme) los cuales fueron trasladados desde sus sitios de origen hacia zonas ribereñas, extendiéndose a lo largo del río.
A finales del siglo XIX y comienzos del XX, los conflictos limítrofes, así como las
bonanzas extractoras generaron nuevos movimientos migratorios de colonos e indígenas atraídos por la riqueza natural de esta zona (bonanzas económicas del caucho, tráfico de maderas, especies animales autóctonas, coca).
En la actualidad, de los 35.000 ticunas que se calcula representan la población
total, en Colombia se encuentran aproximadamente 7.000, asentados en diferentes
puntos del Trapecio amazónico; los demás ocupan territorios de Perú y Brasil -país
donde presentan mayor densidad poblacional.
A raíz de las diferentes situaciones que se presenciaron en esta época se dio como inicio a la creación del proceso de el Tratado Salomón-Lozada que definía los límites y las condiciones para la navegación que integraba el Trapecio amazónico al territorio colombiano, países de los cuales fueron participes Perú y Colombia.
Mas adelante en el año de 1932 se produjo la toma de Leticia (un
pequeño caserío) por parte de militares y población civil, proporcionándole a la región seguridad y bienestar; y sin dejar de lado el fenómeno de distinción entre cada uno de los países ya que los países limítrofes poseen diferentes conflictos con respecto a la importancia del terreno al cual les pertenece.
La historia de Leticia como ciudad es relativamente reciente, con la particular característica originada por la presencia de la vecina Tabatinga. Este tipo de ciudades se conocen como ciudades gemelas o ciudades pares fronterizas y entre ellas se tejen redes de carácter económico, social, cultural y funcional. Presentan un proceso de unión que se evidencia en el trazado urbano mostrándolas como un solo sistema. En este caso, la jerarquía de las ciudades se ha alternado dependiendo de las condiciones económicas dominantes.
El asentamiento inicial de las dos ciudades se localizó muy cerca a la quebrada San Antonio que desemboca en el Amazonas y define el límite internacional. El crecimiento se dio en sentido opuesto a la frontera, hacia el interior de los respectivos países. Poco a poco se ha ido restringiendo su posibilidad de expansión, dada la presencia de predios estatales y figuras territoriales que las limitan. Ambas ciudades ocuparon el sector de inundación del río Amazonas de manera inapropiada. El potencial atractivo natural de esta zona esta siendo subvalorado por el deficiente manejo del sistema de servicios públicos que le lanza sus aguas negras, además de las basuras y los aceites de los botes. Agravando el problema se localizan allí viviendas en forma desordenada sin detenerse a considerar el proceso de erosión que presenta la orilla; lo mismo sucede al interior de la ciudad en las áreas aledañas a los caños o humedales que la atraviesan.
Inicialmente la comunicación entre las dos ciudades se hacía por vía fluvial y posteriormente terrestre cuando se abrió la Avenida Internacional (Leticia) ó “Avenida da Amizade” (Tabatinga). Estos ejes constituyen los elementos estructurantes del par urbano. Sobre la “Avenida da Amizade” se localizan las instituciones político administrativas y comerciales principales. La Avenida Marechal Mallet hasta los ochenta era el principal eje comercial de la ciudad en el centro antiguo de Tabatinga. En Leticia, la Avenida Internacional se destaca por una intensa actividad comercial, pero el centro político administrativo se localiza en las manzanas fundadoras de la ciudad, sobre la Carrera 11 entre calles 7 y 117. En los demás sectores, que corresponden a barrios de formación reciente predomina el uso residencial y se presentan algunos establecimientos de comercio a muy pequeña escala. En la zona del centro, sobre la calle 7 entre el puerto y la carrera 11, se instala el mercado local de productos procedentes de las chagras indígenas.
En el aspecto socio económico y funcional , si bien es cierto que Leticia se articula con Tabatinga y ambos son instrumentos de la soberanía de cada uno de los Estados, se evidencia la similitud de las difíciles condiciones de vida de los habitantes en los dos países. Se destaca el papel que cumple el Estado en Leticia, como el principal empleador. El comercio y los servicios públicos y privados constituyen los sectores más dinámicos de la ciudad a nivel económico, pero con bajo desarrollo tecnológico. Carece de una estructura manufacturera más desarrollada, y depende en gran medida del ciclo natural de la pesca en el río Amazonas. La promoción y fomento del turismo de cobertura nacional e internacional no termina de consolidarse.
La población residente en Leticia conforma un heterogéneo escenario constituido por habitantes colombianos, brasileños y peruanos que viven y/o trabajan en la ciudad. Algunos de ellos proceden del interior de sus respectivos países pero la mayoría son indígenas o descendientes de los indígenas que tradicionalmente han habitado la región. Ticunas, Cocamas, Yaguas y tanto de Colombia como de Brasil y Perú, hacen parte de este sazonado caldero intercultural, que permanece vivo gracias a la intensa movilidad entre países que históricamente han mantenido.
Por consiguiente concluyo que el sistema fronterizo de la región se fundamenta en la cooperación entre los países pertenecientes al trapecio amazónico, presenciando la tranquilidad de pasar de una ciudad-país a otro ya que no se necesita documentación pertinente para realizar tramites turísticos, culturales, sociales y económicos.
Sin embargo la normatividad de cada uno de los gobiernos existentes enmarcan una serie de parámetros de los cuales tenemos que respetar.
OLGA ALEJANDRA MORENO
jueves, 5 de noviembre de 2009
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